Tías, rey de Siria, tenía una hija, Mirra, de cuya belleza estaba tan orgulloso que solía decir que ni la propia diosa de la belleza era tan hermosa como ella. La diosa del amor y la belleza, Afrodita/Venus, en venganza, impulsó a Mirra a desear en incesto a su propio padre, lo que logró, inconsciente de sus actos, llevó a cabo con la ayuda de su nodriza Hipólita, durante doce noches.
Al fin, cuando su padre se dio cuenta de quién era su amante, la persiguió para matarla, armado con un cuchillo. Mirra, ante el inminente peligro, imploró la protección de los dioses, que, para protegerla, la convirtieron en el árbol que, por ella, se llama "mirra".A los nueve meses, un jabalí hendió sus colmillos en el árbol de la mirra y de él surgió un bellísimo niño, Adonis.Venus, enternecida por el niño, lo recogió y se lo entregó a Perséfone, diosa de los infiernos, para que lo criara. Cuando Adonis creció, quiso Venus recuperarlo para ella, pero Prosérpina no lo consentía, por lo que tuvo que intervenir Zeus. Su decisión fue que Adonis viviese un tercio del año con cada una de ellas y que el resto lo pasara donde él quisiera. Adonis vivía junto a Venus siempre que le era posible. Adonis, muy aficionado a la caza, murió pronto a causa de la herida de un jabalí, impulsado por los celos de Ares/Marte, dios de la guerra, y amante de Venus. Al oír la diosa el grito de muerte de Adonis, salió corriendo a protegerlo. Por el camino, las lágrimas de sus ojos se iban convirtiendo en rosas, que iban siendo teñidas del rojo de la sangre que salía de las heridas que le producían las espinas de los rosales.Cuando la diosa llegó junto a Adonis, éste ya estaba agonizando. De cada una de sus gotas de sangre, junto a las lágrimas de Venus convertidas en rosas, surgía una anémona.
Al fin, cuando su padre se dio cuenta de quién era su amante, la persiguió para matarla, armado con un cuchillo. Mirra, ante el inminente peligro, imploró la protección de los dioses, que, para protegerla, la convirtieron en el árbol que, por ella, se llama "mirra".A los nueve meses, un jabalí hendió sus colmillos en el árbol de la mirra y de él surgió un bellísimo niño, Adonis.Venus, enternecida por el niño, lo recogió y se lo entregó a Perséfone, diosa de los infiernos, para que lo criara. Cuando Adonis creció, quiso Venus recuperarlo para ella, pero Prosérpina no lo consentía, por lo que tuvo que intervenir Zeus. Su decisión fue que Adonis viviese un tercio del año con cada una de ellas y que el resto lo pasara donde él quisiera. Adonis vivía junto a Venus siempre que le era posible. Adonis, muy aficionado a la caza, murió pronto a causa de la herida de un jabalí, impulsado por los celos de Ares/Marte, dios de la guerra, y amante de Venus. Al oír la diosa el grito de muerte de Adonis, salió corriendo a protegerlo. Por el camino, las lágrimas de sus ojos se iban convirtiendo en rosas, que iban siendo teñidas del rojo de la sangre que salía de las heridas que le producían las espinas de los rosales.Cuando la diosa llegó junto a Adonis, éste ya estaba agonizando. De cada una de sus gotas de sangre, junto a las lágrimas de Venus convertidas en rosas, surgía una anémona.
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